Translate

lunes, 9 de junio de 2014

Ser pequeños nos hace grandes

Este año cumplimos veinte años de Feria del Libro de Asunción. Y yo, cumplí mi sexto año en Paraguay. Recuerdo perfectamente que fue por esa época que llegué a Paraguay por primera vez y me acuerdo cómo me impresionó tener tantos libros en castellano a mano, en Brasil eran tan difíciles de conseguir y me sentía en el paraíso, cualquier estudiante de Letras-español hubiese sentido lo mismo. Al llegar la fecha de irme, unos meses después, tenía dos valijas más: de libros. Todavía no conocía la Feria del Libro de Buenos Aires, todavía conocería la de Córdoba también, en el mismo año. Aún no sabía que viviría en Asunción y que iría a tantas Ferias más, hasta presentaría en una de las Ferias. Tantas cosas no sabía. Y mucho menos me imaginaba que habría un momento en que en la feria sólo tendría ojos para los libros infantiles: ojos de madre. Y, definitivamente, no sabía que este año volvería a comparar nuestra Feria con la de Buenos Aires, pero de esa vez siendo muy positiva hacia lo nuestro.

foto de ABC Color aquí

Por supuesto que nuestra Feria es más chica que la de otros países, somos un país relativamente pequeño (no vayamos a entrar en las razones históricas para eso), la verdad es que ni tenemos mercado para una Feria tan grande como la de Buenos Aires. Claro que es lindo que se vaya internacionalizando y nunca estuvimos tan cerca de eso como este año, y vamos caminando hacia lograr todavía más, eso es muy bueno. Ningún medio de comunicación negó el éxito de esta Feria, tanto en ventas, como en número de actos, público y expositores. Nos rebasó a todos, esa es la verdad.


Les confieso que no tuve tiempo para acompañar los actos culturales, las presentaciones de libros, los recitales, pero tuve de hacer una modesta comparación: nuestra Feria del libro es mucho más chica que la de Buenos Aires. ¡Y en eso está la gracia! Es lo que la hace linda.

Lo lindo es ir a la Feria y encontrar amigos, encontrar gente que no veías hace años. Lo lindo es conversar con los libreros y vendedores e intercambiar opiniones sobre libros, sí, pero más bien sobre los ideales, los proyectos, sobre la vida. Sin la euforia, sin la multitud, sin perderse en la sed de comprar y comprar más y más, sin preocuparse con perder el hijo en el pasillo, sintiéndose a gusto, casi como en casa de amigos. Este año volví varias veces a la Feria porque me hizo recordar qué me gusta de este país, de esta ciudad, que nos da la vida cultural de una capital pero la informalidad y la buena onda de un pueblo. 


Termino esta Feria con muchos contactos y algunos amigos. Unas cuantas tarjetas personales en el bolsillo y una alegría muy grande. No disfruté todo lo que hubiera podido, pero disfruté el lado más humano y lindo, que no es la oportunidad de comprar libros sino la de encontrarse y charlar. 

De eso traje buenos recuerdos y hasta apoyos y regalos para ustedes, ya les voy a contar en detalles. Por el momento sólo quería contarles esa impresión y agradecer la buena onda y la simpatía de mis lugares preferidos, en donde estuve casi acampada de tan bien que me hacía sentir: Editorial Oceano,  Librería de la Paz e India Guapa. Luego les hablaré cada una y de los libros que compramos.

¿Y a ustedes qué les pareció la Feria este año? ¿Quieren compartir alguna impresión? 

pd: este posteo no está patrocinado, es mi opinión personal

No hay comentarios:

Publicar un comentario